Un grupo de científicos estudió de qué manera el ayuno es capaz de defender el organismo humano de la inflamación que puede desencadenar otras enfermedades más graves. Los hallazgos tendrán una implicación importante para elaborar los tipos de dietas más saludables.
Nuestro sistema inmunitario ofrece una protección esencial al organismo, convocando agentes químicos y asesinos celulares a los lugares dañados en escaramuzas que experimentamos como inflamación. Por desgracia, hay una serie de factores que pueden desencadenar que la inflamación se salga del control, dejando un rastro de daños colaterales. Se sabe, por ejemplo, que seguir una dieta occidental hipercalórica puede provocar un síndrome inflamatorio que es la base de diversas enfermedades.
Investigaciones anteriores han demostrado que el ayuno puede ayudar a proteger contra la inflamación, por lo que un equipo de investigadores dirigido por científicos de la Universidad de Cambridge (el Reino Unido) examinó más de cerca esta asociación y cómo podría estar ocurriendo.
Al estudiar muestras de sangre de 21 voluntarios a los que se pidió que ingirieran una comida de 500 calorías, se abstuvieran de comer durante 24 horas y, a continuación, ingirieran otra comida de 500 calorías, los investigadores identificaron un aumento de un compuesto llamado ácido araquidónico como resultado del ayuno.
El ácido araquidónico es una grasa que ya se había relacionado anteriormente con la inflamación, aunque antes se creía que este aumentaba los niveles de inflamación en lugar de reducirlos.
«Esto podría explicar por qué un cambio en nuestra dieta, en particular el ayuno, nos protege de la inflamación, sobre todo de la forma dañina que subyace a muchas enfermedades relacionadas con una dieta occidental hipercalórica», explica la inmunóloga Clare Bryant, de la Universidad de Cambridge, citada por el servicio de prensa de la universidad.
El equipo realizó pruebas en células cultivadas en el laboratorio y descubrió que el ácido araquidónico disminuía la actividad de un complejo proteínico llamado inflamasoma NLRP3.
Los inflamasomas son mecanismos que desencadenan la inflamación. Los llamados NLRP3 son una especie de señales de alarma que indican al sistema inmunitario que entre en acción, en algunos casos de forma demasiado agresiva y durante un periodo demasiado largo.
Esto plantea una serie de conexiones interesantes, sobre todo porque también se sabe que la aspirina interactúa con NLRP3, y que el inflamasoma también es objeto de interrogatorio por parte de los científicos en relación con enfermedades como el Alzheimer.
«Lo que ha resultado evidente en los últimos años es que un inflamasoma en particular, el inflamasoma NLRP3, es muy importante en una serie de enfermedades graves como la obesidad y la aterosclerosis, pero también en enfermedades como el alzhéimer y el párkinson», señala Bryant.
Juntando las piezas, es posible que la forma en que el ayuno suprime la inflamación pueda, en última instancia, proteger contra la degeneración cerebral, pero harán falta muchas más investigaciones para confirmar la relación.
La investigación fue publicada en Cell Reports.