Advierten que floraciones de cianobacterias que hay en Palmar implican un riesgo alto para la salud

Por Camila Mendez para La Diaria

Limnólogos de la Facultad de Ciencias detectaron la presencia de cianobacterias y clorofila-a muy por encima del valor de referencia y con comportamientos que nunca habían visto; locatario de Palmar exige la toma de acciones, mientras el pueblo se ve invadido por el olor de las algas muertas.

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Palmar, localidad de Soriano, está viviendo una situación grave. Agua dulce verde, contaminada, con cianobacterias apelmazadas. Científicos que trabajan en el sitio desde hace décadas advierten que nunca habían visto una situación de estas características. Las playas no están disponibles para el disfrute de la población; el aire es irrespirable.

Un turista dice a un medio de prensa que no sabe qué generan las cianobacterias, pero es una “vergüenza”. El olor, que al menos hace una semana llegaba a una gran distancia de la orilla y es generado por la descomposición de las algas tóxicas, es descrito como “estar al lado de un chiquero de cerdos”. “Si sigue así, en un par de años no sé que va a quedar. No va a haber nada”, agrega. Los locales insisten en que necesitan acciones que solucionen la problemática y ponen sobre la mesa que las cianobacterias son un “síntoma” de que estamos relacionándonos de una forma destructiva con el río.

El domingo 12 de enero, en el visualizador del Observatorio Ambiental Nacional, podía verse gran parte del río Negro y el embalse Palmar teñidos de rojo en su totalidad. El color es un llamado de atención: se utiliza para marcar que los niveles de clorofila-a –indicador de la presencia de algas y/o cianobacterias– son altos, según muestran las imágenes satelitales. “Cuando las cianobacterias se encuentran en altas concentraciones, el riesgo sanitario es alto”, señala el Ministerio de Ambiente (MA) a través de la plataforma y recomienda evitar el contacto.

Tal como dice Guillermo Chalar, limnólogo, investigador y docente del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, no es un problema nuevo. “Venimos observando a lo largo del tiempo un deterioro cada vez mayor y profundo de la calidad del agua y de la biodiversidad, en este caso, en los embalses del río Negro”. Sin embargo, que una problemática no sea nueva no implica que debamos acostumbramos a ella. Sin ir más lejos, a comienzos de 2024, la Sociedad Uruguaya de Médicos Toxicólogos emitió un comunicado con recomendaciones para prevenir exposiciones; también manifestaban que es necesario tener en cuenta tanto los efectos sobre la salud que generan las exposiciones agudas a las cianobacterias, así como las crónicas –es decir, la que se da en pocas cantidades, pero durante largos períodos de tiempo–.

la diaria conversó con Guillermo Chalar, con el vecino de Palmar Juan Aguirrezabala y también accedió a un informe reciente elaborado por el MA que trata sobre la calidad del agua del río Yi, curso de agua que desemboca en el río Negro y afecta Palmar.

El síntoma

“La Intendencia de Soriano apostó mucho para convertir a Palmar en un pueblo turístico para pescadores. Hay un parador muy bonito, la gente viene, hay casas para alquilar, es un pueblito tranquilo. Es un lugar paradisíaco, salvo cuando aparecen las cianobacterias”, relata Juan Aguirrezabala, veterinario que “trabajó siempre en el campo”.

“Desde que estoy acá, las cianobacterias están todos los años, pero por los cuentos de la gente se producen desde hace mucho más. El estado del embalse de Palmar está comprometido hace mucho tiempo, pero cada vez está peor. La gente no se puede bañar en la playa, no puede ir a pescar, no puede llevar a los niños, hay banderas sanitarias puestas a cada rato. En el pueblo hay olor constantemente, es un olor a podrido que viene de las algas”, agrega Juan.

Hace seis años vive en Palmar debido a que por problemáticas de salud tuvo que dejar de lado su profesión. Juan explica que el olor generado por las cianobacterias en descomposición “no es nada” si se compara con otra de sus preocupaciones, que consiste en que de ese sitio toman agua. “Estoy seguro de que es ilegal tener a la población tomando esta agua. Además, nadie dice nada. A mí nadie me dijo que no tome agua de la canilla porque podría ser peligroso. Hasta ahora no ha muerto nadie, entonces no pasa nada, aunque sí ha muerto ganado cuando toma agua del río”, indica.

Al hablar de cómo las cianobacterias afectan al turismo y a la pesca, Juan señala que su motivación no es de carácter personal y que el caso de su pueblo funciona como un ejemplo de que nos estamos relacionando de una forma destructiva con nuestro entorno. “A mí no me importa lo que me pase. El problema es que las cianobacterias son el síntoma de que todo lo que estamos haciendo está mal”, afirma sin rodeos.

El vecino insiste en que las cianobacterias no son consecuencia de las actividades de Palmar. “Son producto de la contaminación que el río trae de Brasil, de los arroceros y los frigoríficos que tiran sus desechos al curso de agua, de la ciudad de Durazno que tira aguas servidas al río Yi, de los tambos y la ganadería que hay en la cuenca, de los productores que tiran fertilizantes por encima del campo. Es un cúmulo de cosas que hacen que los niveles de contaminación estén elevados desde hace 20 años, con datos medidos por la propia Dirección Nacional de Aguas. Y no sólo no pasa nada, sino que prácticamente no podés hablar con nadie de esto”, enfatiza. Por ejemplo, cuenta que escuchó declaraciones del director de Higiene de la Intendencia de Soriano que no le “cayeron bien porque, de antemano, decía que estaba todo bien”.

Finalmente, Juan subraya que, por otro lado, “otras autoridades te dicen que están preocupadísimas”. “Yo también estoy preocupadísimo, pero no hacemos nada con eso. Son muchísimas las personas implicadas, muchísimos intereses distintos, y todos vemos al río podrido, pero nadie hace nada, incluidas las autoridades. Por ejemplo, hay una Comisión de Cuenca del Río Negro, ¡todavía no pude ni llegar al teléfono! Todo el mundo sabe lo que pasa. Vos mirás y ves que hay 500 autoridades, una comisión para esto y aquello… todo eso es divino, pero ¿qué hacemos?”, pregunta. la diaria consultó a fuentes del MA que plantearon que, por el momento, no está previsto convocar a una reunión de la Comisión de Cuenca del Río Negro.

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