La Cámara de Diputados realizó este martes un homenaje al médico Vladimir Andrés Roslik Bichkov, a 40 años de su asesinato bajo tortura a manos del terrorismo de Estado, el 16 de abril de 1984, en el pueblo de San Javier, departamento de Río Negro. Roslik tenía 42 años, una esposa y un hijo de pocos meses y fue la última persona asesinada por la dictadura cívico militar.
El homenaje estuvo a cargo de la diputada del Frente Amplio (FA) por Río Negro, Sylvia Ibarguren, quien, con una margarita en el pecho, sostuvo en sala que hoy en día “Vladimir es recordado por los vecinos de San Javier como el médico del pueblo”, alguien que “en sus primeros años visitaba a los pacientes en bicicleta”, siempre “atento” y “dispuesto a todas horas”.
Ibarguren afirmó que hoy en día también se ha comprobado que “la dictadura cívico militar uruguaya se ensañó con el pueblo de San Javier por su origen étnico, por ser de origen ruso”. Recordó que, en aquella época, un día todas las obras de autores rusos que había en la biblioteca del liceo fueron sacadas de los estantes y “quemadas en el patio”, porque “para la dictadura ser de origen ruso era ser comunista”.
“Queda mucha verdad oculta, muchos casos de violaciones de los derechos humanos aún sin justicia”, manifestó Ibarguren, y sostuvo que el reconocimiento de este martes “también es un homenaje a todas las víctimas de una enorme persecución étnica [que] durante muchos años [hubo] en San Javier”, la cual rompió “la confianza, la cultura, la armonía y la paz de una pequeña colonia rusa a orillas del río Uruguay”.
Roslik fue secuestrado en su casa en San Javier en la madrugada del 15 de abril de 1984 e inmediatamente fue trasladado, junto a otras seis personas, al Batallón de Infantería 9 de Fray Bentos, donde murió bajo tortura al día siguiente. El médico militar Eduardo Saiz, que firmó la autopsia, atribuyó el deceso “a causas naturales”.
Ope Pasquet: “No fue un estallido de brutalidad espontánea”
Luego de Ibarguren pidió la palabra el diputado del Partido Nacional por Río Negro, Gonzalo Onetto. “Soy de Río Negro, vivo en Fray Bentos, a cuadras del Batallón de Infantería 9, conocido actualmente por muchas cosas buenas y, sin embargo, teniendo esa mancha triste y lamentable”, expresó.
Onetto describió la muerte de Roslik como “injusta, innecesaria, triste y lamentable” y dijo que “es parte de nuestra historia” y “es parte del ‘Nunca más terrorismo’, venga de donde venga”. “Es parte de lo que no debemos olvidar para poder cuidar lo que hoy tenemos; es nuestro deber y responsabilidad cuidar la democracia”, concluyó. Su intervención, al igual que la de Ibarguren, fue muy aplaudida.
En representación del Partido Colorado habló el diputado Ope Pasquet, quien contextualizó el asesinato de Roslik en “un Uruguay que parecía ya haberse encaminado resueltamente hacia la democracia”, pero, sin embargo, “pasó lo que pasó”. “Yo nunca dejé de pensar que aquello no fue un estallido de brutalidad espontánea, un acto de barbarie impremeditada, [sino que] siempre pensé que había sido una provocación que trató de sacar al país del cauce en el que iba”, afirmó.
Del mismo modo, el diputado del Partido Independiente Iván Posada señaló que la muerte de Roslik sucedió después del “imponente No” al proyecto de reforma constitucional “promovido por la dictadura”. Posada dijo que Roslik murió “de la forma más infame en que se puede matar a un hombre”.
En el homenaje no intervino ningún legislador de Cabildo Abierto (CA) ni del Partido de la Gente y el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), aunque algunos diputados de estos partidos aplaudieron en sala el homenaje, como César Vega, del PERI, quien aplaudió de pie.
La trayectoria de la causa en la Justicia
El archivo de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente contiene el testimonio de la viuda de Roslik, Mary Zabalkin, sobre su detención y posterior asesinato: “El 15 de abril a las cuatro de la mañana, mientras nos encontrábamos durmiendo en nuestro domicilio con nuestro hijo, sentí ruidos y corridas alrededor de la casa y le dije a Vladimir que lo buscaban, que se vistiera rápido, siempre pensando que lo necesitaban como médico. Vladimir se levantó, abrió la puerta y entraron creo que cuatro soldados uniformados […] dos lo agarraron a Vladimir, otro me apuntaba a mí con una metralleta […] a Vladimir de inmediato le ataron las manos […] luego lo sacaron a la cocina, lo encapucharon y se lo llevaron a los empujones […]. Pasó todo el domingo sin que supiéramos nada, para luego el lunes –por la madrugada, creo que como a las tres– me llamó mi padre para decirme que le habían avisado de Fray Bentos que Vladimir había fallecido”.
A nivel judicial, recién en 2014 se solicitó a la Justicia el desarchivo del caso, el cual fue negado porque los delitos habían prescripto y existía “cosa juzgada”, en referencia a la condena del militar Sergio Caubarrere -a cargo del operativo en el que se secuestró a Roslik- a cuatro meses y 18 días de prisión por los delitos de homicidio culpable y abuso de autoridad.
El fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, solicitó la reapertura de la causa en 2019, pero su pedido fue rechazado por la jueza letrada de Tercer Turno de Fray Bentos, María Carol Ceraolo. Luego, Perciballe interpuso ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ) un recurso de casación para reabrir la investigación, que también fue rechazado en 2021.
Sin embargo, en agosto de 2023, la SCJ desestimó el recurso de inconstitucionalidad que habían presentado los involucrados en la causa judicial y se fijó una audiencia. Finalmente, en octubre del año pasado nueve militares fueron imputados por delitos de privación de libertad, abuso de autoridad y lesiones graves.
Precisamente, este martes se conoció que el Tribunal de Apelaciones en lo penal de segundo turno revocó el fallo de primera instancia que se abstenía de juzgar al militar Ivo Morales por la causa que investiga torturas en el Batallón de Infantería 9 de Fray Bentos contra 11 personas, por la que Morales fue señalado como responsable del interrogatorio en el que fue asesinado Roslik.