La Escuela Especial N°67 viene trabajando en diferentes proyectos

Por Álvaro Mendaro

La Escuela Especial N° 67 es un Centro de Referencia en Young y viene trabajando en diferentes proyectos, así lo confirmó la Maestra directora Adriana Arbiza en diálogo con El Portal de Young.
«Gracias por acompañarnos, les cuento que la escuela está trabajando en un proyecto de catering que ofrece a la comunidad.
En estos momentos estamos ofreciendo a las comunidades educativas. Hace poquitos días lo ofrecimos al Jardín N° 80, donde ellos elaboraron los alimentos que se consumieron en ese brindis que brindó el Jardín por su inauguración.
Se hace una coordinación previa de cantidad de comensales, se seleccionan los alimentos y las personas, en este caso el Jardín, nos suministran los materiales para la elaboración y después a cambio nos ofrecen una donación que entra como donación en dinero por comisión fomento o también algo que sirva para la escuela o para el taller de gastronomía.
Se trabaja de forma coordinada con el taller de huerta, porque todo lo que es vegetales y que se producen en la misma, también se utilizan para esa elaboración, porque se hacen sándwiches de perejil y de diferentes colores, que se utilizan para que queden más vistosos.
Es un emprendimiento donde lo que se quiere, el objetivo es que los gurises puedan hacer algo para el mercado laboral, que aprendan una profesión.
Cuanto más experiencia y más podamos ofrecer, ellos mayormente aprenden.
Esa es la idea, que ellos aprendan y practicando, haciendo lo que ellos están estudiando, nos ofrece como más oportunidades.»

Para recibir asesoramiento deben comunicarse con el Centro Educativo.

«Se comunican directamente con la escuela, vienen a la escuela o nos llaman por teléfono al 4567 2583.
Nosotros trabajamos en comunidad educativa, eso quiere decir que cualquiera de nosotras que están acá en la escuela, las maestras, los profesores, las auxiliares, pueden acercarlos.
Todo lo hacemos en coordinación porque cada una pone su granito de arena.
Porque también los chiquilines, les hago recordar o les cuento que los que están en quinto y sexto de primaria también participan de los talleres.
No es solamente los adolescentes, sino que en este caso hablamos de más chiquilines, tenemos alrededor de, en los dos talleres, 20 chiquilines que participan de esas actividades.»

Lo aprendido en clase, también lo comparten con sus familias.
«Por supuesto que sí, esa es la idea, que cuanto más puedan practicar y hacer, esa es la idea para que puedan aprender y después puedan ellos seguir en un campo laboral, gastronómico que es lo que la escuela les puede ofrecer.»

La escuela se caracteriza por sus ventas y ferias, dónde la sociedad siempre apoya.
«Sí, totalmente. Siempre hemos hecho, ellos han hecho ferias y vendemos cosas, y así mismo hace poquitos días se vendió dulce de quinoto, también elaborado en el taller, es una fruta que está ahora de época también, que no es muy usual, pero que ha dado muy buenos resultados porque ellos logran como ese sabor y también se los educa la parte de la presentación, el envasado, todas esas cosas que hacen, lo gastronómico, entonces también, esto del catering colabora a las ferias y a lo otro que podamos hacer.»

Se trabaja en conjunto con las familias.
Y saben que también unimos a la familia, porque a la familia le gusta ver, probar lo que su hijo hizo, elaboró, en el tema de la presentación y fortalece también el equipo de docentes, porque en esto del catering colaboramos todos desde nuestro granito, el que trae una cosa, que traen otro, porque en estas ocasiones vemos también la ambientación de ese lugar, donde vamos a llevar los alimentos, entonces es todo como un conjunto de este gran colectivo que es la Escuela número 67.

La institución educativa cuenta con un espacio adolescente.

«Sí, estamos también con un espacio adolescente donde estamos, no sé si la palabra sería incluyendo o la palabra sería dándole un espacio a esos adolescentes que no tienen un espacio en la sociedad educativa y lo digo porque empezamos por un chiquilín que no podía estar en ningún otro centro educativo.
Entonces, eso fue lo que nos motivó a hacer este espacio.
Lo estamos haciendo en un salón, estratégicamente, usando colores que son adecuados para este tipo de chiquilines.
Yo hablo de chiquilines que tienen más de 12 años, que no están en ningún centro educativo y que tienen un trastorno.
Y la mayoría de ellos son un trastorno psiquiátrico, que no es nada fácil, ni menos en la adolescencia.
Entonces, la escuela 67 les está brindando un espacio donde ellos pueden venir, está pensado para que estén cómodos y además estén contenidos. Y también estar trabajando las normas de convivencia, cómo vivir y compartir en sociedad.


Qué es lo que ellos más necesitan hoy en día, yo les decía, empecé con uno, ahora ya tengo cuatro adolescentes con esas características, tres varones y una niña, donde vienen todos los días a la escuela.
En el momento que van a los talleres y necesitan otro lugar, está ese lugar en la escuela 67 para ellos.
Tengo formación en trastornos, entonces eso también me ha llevado a poder empatizar un poco con estas situaciones y preocuparme.

La idea es que también ese espacio no sea solo el espacio de que ellos tengan un lugar, sino que también sea un área de aprendizaje, por supuesto,porque está dentro de una escuela donde nosotros queremos lograr un aprendizaje.
Está enfocado hacia una radio comunitaria, que es uno de nuestros objetivos, formar una radio comunitaria con todo lo que significa.
Tener algo de audiovisuales, próximamente contar con una impresora 3D, con cosas que podamos lograr atraparlos, porque solamente con los talleres que nosotros ofrecemos, que son el de gastronomía y el de huerta, no estamos podiendo contener a este tipo de adolescentes con este tipo de trastornos.
Necesitan como otros elementos, otras herramientas.
Entonces esa fue la mayor motivación de poder crear este espacio.
Este espacio, es un rincón donde hemos ahora colocado unos puffs, tienen que tener un color, colores pasteles, están bien pensados en el sentido de que es un verde menta, un color cielo, son colores que tienen que dar calma y después, bueno, estamos armando los almohadones que también y todo esto, aquel que tenga capaz, a lo mejor algún almohadón en su casa y lo quiera traer a la escuela para que sea utilizado en ese espacio también, es bienvenido.
Y bueno, y esa es parte de lo que estamos haciendo.
También hacemos en colaboración con la Intendencia de Río Negro, en Casa de la Cultura, los chiquilines realizan crochet, que también eso los ayuda, tejido.
Y bueno, y son cosas que vamos haciendo, tratando de colaborar con este tipo de chiquilines que no tienen lugar en otro lugar.
Quedó como muy redundante, no tienen lugar porque, y sí, no hay un espacio para ellos en la sociedad y la escuela se los brinda.

Yo desde el primer momento que recibí un chiquilín con esas señales de alerta,
que me preocupan muchísimo porque los prefiero tener acá en mi escuela y donde nosotros con el equipo de docentes y los auxiliares, porque cuando hablo de equipo hablo de toda la institución educativa,también ellas están aprendiendo a contenerlos y recibirlos.
Que eso es bien importante porque no es de cualquier forma que yo los puedo recibir, sino que la puerta tiene que estar abierta para ellos.
Y no todos estamos preparados tampoco para recibirlos, como dijiste tú, estamos en un proceso de aprendizaje.
Nosotros acá las maestras aprenden, yo vengo de una escuela de trastornos y les enseño, comento y les cuento.
Y bueno, vamos buscando.
La idea es que ellos acá sí tienen un espacio y que se sientan bien.»

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