Los tomates, ricos en antioxidantes y otros compuestos beneficiosos, pueden ayudar a combatir las infecciones intestinales causadas por bacterias, revela un nuevo estudio.
Para la investigación, el equipo de científicos de la Universidad Cornell, de los Estados Unidos, eligió la Salmonella enterica Typhi, una especie bacteriana del género Salmonella, que solo vive en humanos y causa intoxicación y fiebre tifoidea cuando logra meterse en la corriente sanguínea y expandirse por el cuerpo. Al exponerlas a zumo de tomate recién exprimido, las bacterias morían en 24 horas.
«Nuestro principal objetivo en este estudio era averiguar si el tomate y el jugo de tomate pueden matar patógenos entéricos, incluida la Salmonella Typhi, y si es así, qué cualidades tienen para que funcionen», señaló la jefa del estudio, Jeongmin Song.
Al descubrir las posibles explicaciones de los resultados, los investigadores hallaron que los genes del tomate crean dos péptidos antimicrobianos que inhiben el crecimiento de la Salmonella Typhi. Los experimentos revelaron que estos péptidos pueden destruir una cepa de Salmonella resistente incluso al ciprofloxacino, el principal antibiótico utilizado para tratar la fiebre tifoidea.
Entre otras cosas, los investigadores modelizaron la interacción de estos dos péptidos del tomate con las membranas celulares bacterianas. Tal y como lo predijeron los modelos, ambos péptidos destruyeron las membranas celulares de Salmonella Typhi dentro de solo 45 minutos.
Investigaciones posteriores demostraron que los compuestos también tenían un efecto letal sobre una cepa de Salmonella no tifoidea, la Salmonella Typhimurium, causante de intoxicaciones alimentarias menos graves.
La fiebre tifoidea, causada por la Salmonella, sigue siendo un grave problema en muchas partes del mundo, donde la población no tiene acceso a agua potable, saneamiento o vacunas. Además, un estudio reciente realizado en 64 países reveló que casi la mitad de los niños menores de dos años no comen frutas ni verduras.
En 2016, Pakistán sufrió el primer brote mundial de fiebre tifoidea extremadamente resistente a los medicamentos. A día de hoy, los expertos en enfermedades infecciosas siguen expresando su preocupación de que, si no se controla, el brote pueda extenderse a escala regional o incluso mundial.
A pesar de las propiedades beneficiosas y antibacterianas del tomate, este alimento no puede tener un efecto terapéutico en el cuerpo humano por sí solo, subrayan los científicos.
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